Hoy los niños se han desplazado a jugar con una máquina de juegos donde la violencia está presente. Se puede criticar que los tiempos cambian, sí, es cierto, pero que cambien para bien.
Hoy se ha dejado de lado la práctica, pero estamos a buen tiempo para reflexionar. Espero que con el siguiente diálogo te identifiques y retomes o enseñes a las generaciones presentes y futuras sobre disfrutar y compartir con los demás niños de un sano entretenimiento.
Rescate de juegos tradicionales
El diálogo entre dos niños:
Paco y Blanquita.
PACO: ¡Blanquita, vamos a jugar!
BLANQUITA: ¿Y de qué?
PACO: Juguemos a ladrón librado
BLANQUITA: No, eso lo jugamos ayer con los bichos (niños) de la Niña Mari. Sabes que juguemos a la chancha balancha hojita de…
PACO: No, ese no. A mi me gusta jugar a la víbora, víbora de la mar de la mar… o piscucha, esconde el anillo, soldadito de plomo.
BLANQUITA: Pero a mi me gusta jugar las estatuas de marfil son halla y son…
PACO: ¿Y cómo se juega?
BLANQUITA: Vení, vamos a jugarlo.
El diálogo entre dos adultos:
LUPE: Te acordas Miguel aquellos años cuando jugábamos con los bichos de la colonia: el Paco, Blanquita, Carlitos, y los otros.
MIGUEL: Aquellos años verdad, recordar los juegos, las rondas. Todo lo bien que la pasábamos.
LUPE: Uhmmm. Ahora los cipotes ni las conocen.
MIGUEL: Pues sí, y tan entretenido que nos tenía por las tardes
LUPE: Ahora, solo son locuras modernas como el Game boy, Play Station, juegos en la comp. Que no hay hoy. Lo entretenido de estos juegos es matar y liberar, matar y liberar. Pero, lo que si nos queda por hacer es enseñarles a nuestros hijos el sano entretenimiento.
MIGUEL: Nuestros abuelos, tíos y otros familiares, cuando fueron niños se divertían y nos enseñaban todos estos juegos tradicionales, manteniendo así, la tradición.
El diálogo entre dos niños:
Paco y Blanquita.
PACO: ¡Blanquita, vamos a jugar!
BLANQUITA: ¿Y de qué?
PACO: Juguemos a ladrón librado
BLANQUITA: No, eso lo jugamos ayer con los bichos (niños) de la Niña Mari. Sabes que juguemos a la chancha balancha hojita de…
PACO: No, ese no. A mi me gusta jugar a la víbora, víbora de la mar de la mar… o piscucha, esconde el anillo, soldadito de plomo.
BLANQUITA: Pero a mi me gusta jugar las estatuas de marfil son halla y son…
PACO: ¿Y cómo se juega?
BLANQUITA: Vení, vamos a jugarlo.
El diálogo entre dos adultos:
LUPE: Te acordas Miguel aquellos años cuando jugábamos con los bichos de la colonia: el Paco, Blanquita, Carlitos, y los otros.
MIGUEL: Aquellos años verdad, recordar los juegos, las rondas. Todo lo bien que la pasábamos.
LUPE: Uhmmm. Ahora los cipotes ni las conocen.
MIGUEL: Pues sí, y tan entretenido que nos tenía por las tardes
LUPE: Ahora, solo son locuras modernas como el Game boy, Play Station, juegos en la comp. Que no hay hoy. Lo entretenido de estos juegos es matar y liberar, matar y liberar. Pero, lo que si nos queda por hacer es enseñarles a nuestros hijos el sano entretenimiento.
MIGUEL: Nuestros abuelos, tíos y otros familiares, cuando fueron niños se divertían y nos enseñaban todos estos juegos tradicionales, manteniendo así, la tradición.
Cuando jugamos, tenemos la oportunidad de compartir experiencias y favorecer la comunicación, la amistad, la cooperación y la confianza entre compañeros/as.
Los juegos, son para todos. Sin importar sexo, edad, color, ni religión. ¡Por eso vivan los juegos tradicionales!
Seguro que te acordarás de estas dos rondas o juegos que las disfrutes:
"Doña Ana"
Vamos a la huerta
de toro, torojil,
a ver a doña Ana,
comiendo perejil.
Doña Ana no está aquí,
estará en su vergel,
abriendo la rosa
y cerrando el clavel.
¿Qué tal está doña Ana?
Se está bañando, cambiando, maquillandose, etc. Hasta que se enferma, está en cama, luego agonizando, muere y por último anda asustando.
"Las matas de guineo"
¿Me regala una hojita? La dueña le contesta:
-Sí, pero no me vaya a botar las matas, y se retira.
La niña va tomando mata por mata. Primero le
baja los brazos a una niña, la acurruca hasta
que la bota, y así continúa con todas las
matas. Sale la dueña enojada y le dice:
-Le atojo los chuchos.
-Le quemo la casa, le contesta.
La dueña le ajota los chuchos,
jú, jút,jút y los mismas matas sirven de perros, y
saltan tras de ella hasta que la alcanzan, le ladran y
le hacen cosquillas, hasta que la dueña los llama, la sueltan.
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